domingo, 6 de septiembre de 2015

La paradoja de Fermi: Teoría del Gran Filtro

Hace unos años los científicos anunciaron el hallazgo de Kepler-186f, un exoplaneta potencialmente habitable. Según una terrible teoría llamada el Gran Filtro, vamos camino de nuestra extinción a corto plazo.
El Gran Filtro es un argumento propuesto en 1996 por el profesor Robin Hanson, que intenta resolver la paradoja de Fermi ¿Por qué no hemos sido capaces de encontrar una civilización interestelar tecnológicamente avanzada pese a que en nuestra galaxia existen miles de millones de sistemas solares donde podría evolucionar la vida? Como se preguntó el físico Enrico Fermi: ¿Dónde está todo el mundo? parece raro que no haya sido detectada una simple señal extraterrestre o un gran proyecto de ingeniería. Por no mencionar que una civilización interestelar nos haya colonizado o, al menos, haya visitado nuestro planeta.
En el mundo científico ha habido dos caminos para solucionar la paradoja: la inteligencia necesaria para alcanzar la capacidad de crear una tecnología avanzada podría ser extremadamente rara, o la vida inteligente tiene tendencia a extinguirse. La segunda hipótesis pertenece a Hanson y forma parte de la teoría del Gran Filtro, según la cual debe haber una barrera llamada así que impedería el crecimiento de las civilizaciones inteligentes capaces de colonizar el espacio. El filtro podría ser, por ejemplo, una catástrofe industrial como una guerra nuclear, o el agotamiento de los recursos del planeta.
Partiendo de la paradoja y sus posibles soluciones, cada nuevo descubrimiento de un exoplaneta potencialmente habitable, como el caso de Kepler-186f, hace menos plausible la idea de que la Tierra sea el único planeta donde surgió la vida y, al mismo tiempo, hace más probable la terrible teoría del Gran Filtro. Lo que lleva a pensar que nuestro propio Gran Filtro nos podría esperar en el futuro.

jueves, 3 de septiembre de 2015

The Bloop

El bloop es el nombre que se les dio a unas extrañas ondas de sonido de baja frecuencia detectadas por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) en 1997. Estas ondas son aún un misterio para la ciencia.





Espectrograma del Bloop; Fuente: NOAA







Durante la Guerra Fría, las Fuerzas Armadas de Estados Unidos repartieron numerosos micrófonos anclados en el fondo del océano con el fin de detectar submarinos nucleares soviéticos. En 1997, al revisar y arreglar dichos micrófonos, se detectó en el Pacífico Sur un sonido potentísimo al que los científicos bautizaron como bloop. El sonido desciende lentamente en un rango de frecuencia casi sub-sónico (a partir de 40 Hz hacia abajo) durante aproximadamente 7 minutos y fue de amplitud (volumen) suficiente como para ser detectado por tres sensores submarinos en las latitudes 95W, 8S, y 8N, alejados entre sí más de 5000 km. Este tipo de señal no se ha vuelto a escuchar antes o después. Se determinó que el origen del sonido estaba ubicado a las 15:30 GMT del 19 de mayo 1997 cerca de las siguientes coordenadas: 50° S 100° W (un punto distante en el sur del Océano Pacífico, al oeste del extremo sur de América del Sur frente a las costas de Chile).
Aunque se especuló bastante con que la fuente de dicho sonido fuese un animal submarino, ya fuere una especie desconocida de pulpo o calamar gigantesco o de una nueva especie de ballena gigante aún más grande que la ballena azul, ambas teorías han sido descartadas, ya que no se conoce entre los cefalópodos sistemas que les permitan emitir sonido, y las ballenas necesitan oxígeno y salen a la superficie para conseguirlo, con posibilidad de ser observada. Ningún satélite, barco, o avión pudo divisar al bloop. Al final pareció ser consistente con terremotos generados por grandes icebergs cuando se agrietan y fracturan, aunque esto nunca pudo ser comprobado.

Sonido de el Bloop: https://www.youtube.com/watch?v=JyIcJ_DQUyQ